10 CLAVES PARA CRIAR NIÑOS FELICES

Desde que estás embarazada y te preguntan si prefieres niño o niña o, más adelante, cuando empiezan a asaltarte las dudas sobre lo que quieres para tus hijos, la respuesta de toda madre abnegada es que nada importa, siempre que sean felices.

Sin embargo, toda la información que absorbemos, leemos—y nos repetimos cual mantra—sobre el método definitivo y absoluto de crianza, está más enfocada a formar niños inteligentes, exitosos, responsables y obedientes…, pero no necesariamente contentos.

Lo cierto es que no es fácil encontrar un balance entre lo que creemos es mejor para ellos, lo que queremos, lo que ellos quieren y lo que realmente los hace felices. El objetivo es encontrar esa delgada línea entre la alegría y la malcriadez.

De acuerdo con lo que publica la revista Time—con información sacada del libro “Raising Happiness�—científicamente hablando, el secreto de la felicidad de tus hijos está en incorporar estos 10 sencillos pasos (en teoría, que ser mamá no es coser y cantar) a tu vida y la de ellos:

1. Piensa en ti misma, el bienestar de tus niños dependerá del tuyo. Está bien ser un poco egoísta, ya que sentirte deprimida y frustrada (porque no tienes tiempo para nada) afectará su comportamiento de forma negativa y también entorpecerá tu autoridad.

2. Enséñalos a relacionarse, con hermanos, amigos y con todo el mundo. La vida será más fácil si saben hablar y estar con la gente. Además, tener pequeños gestos con los demás les hará desarrollar empatía y a la larga, serán mejores personas.

3. Pídeles esfuerzo, pero no que sean perfectos, los niños a los que se les exige resultados y ser sobresalientes en TODO pueden terminar deprimidos y con ansiedad. El truco es elogiar el esfuerzo y no la habilidad natural: “¡Qué bien lo hiciste!�, en lugar de “¡Qué inteligente eres!�, hará que mantengan su desempeño sin temor a equivocarse o quedar mal.

4. Enséñales a ser optimistas, porque es la sensación más cercana a la felicidad. Si desde pequeños aprenden a ver el lado bueno de las cosas será más difícil que se depriman, incluso en la temida y hormonal adolescencia. Además, probablemente sean más sanos y vivan mucho.

5. No olvides la inteligencia emocional, si a nosotras nos cuesta lidiar con nuestras emociones, cómo será para ellos. Esta habilidad no es innata, sino que debe desarrollarse y el primer paso es no desestimar sus sentimientos cuando están molestos o tristes. Olvídate del “no me importa, ¡porque lo digo yo y punto!�.

6. Ayúdalos a formar buenos hábitos, para que algo quede no basta imponerlo, sino hacerlo habitual. Lo mejor es eliminar los estímulos o distracciones, establecer una meta a la vez y de forma pública (no en una valla, pero que lo sepa más gente) y no desesperes, que toma tiempo.

7. Edúcalos sobre la autodisciplina, porque es mucho más importante para el éxito que la inteligencia. Si algo nos enseñó el video de los malvaviscos, es que desde la más tierna edad nos cuesta vencer la tentación, pero lograrlo nos hará vivir más (la curiosidad mató al gato). Una buena idea es distraerlos.

8. Más tiempo para jugar a la pelota, a los muñecos o a lo que sea, los juegos no estructurados y espontáneos les ayudan a tener atención plena y apreciar el momento presente. Algo que luego cuesta mucho de adulto. También les ayuda a aprender a trabajar en grupo, compartir, negociar, resolver conflictos, regular emociones y comportamientos.

9. No te olvides del entorno, nuestras circunstancias tiene mucho que ver con lo que somos. Por ejemplo, ellos pueden sentirse bien pegados a la televisión todo el día y tú también porque tendrías tiempo libre, pero a la larga no será beneficioso para ninguno.

10. Familia que come unida, permanece unida y feliz, los abuelos siempre tienen razón, comer frente a la televisión o cada quien a su hora, no es una opción. Los estudios demuestran que los niños que cenan en familia son emocionalmente más estables y menos propensos a abusar de sustancias, tienen mejores calificaciones y menos probabilidades de ser obesos.